En la naturaleza existen más de 600 variedades de roble, pero solamente unos pocos se utilizan para la fabricación de barricas. Los más comunes, roble Quercus petraea, pyrenaica, alba y robur poseen un perfil determinado en cuanto a los parámetros físicos y organolépticos. Pero lo que es más conocido para diferenciar un tipo de roble es su procedencia. Solemos hablar más de roble francés, europeo, americano o español. Una zona de procedencia concreta influye con sus condiciones climáticas y físicas al desarrollo de los árboles con determinadas características: tamaño de grano y porosidad, contenido tánico y gama aromática.
Tonelería Duero fabrica barricas de todos tipos de madera de roble más demandadas: roble francés, americano, español y centroeuropeo como rumano y húngaro. Consideramos muy importante ofrecer a nuestros clientes toda la riqueza de diferentes variedades de roble ya que cada uno va a aportar un matiz único a cada vino.
Barrica de roble francés (Quercus petraea) aporta aromas de vainilla, dulce de crema, madera fresca, hinojo y balsámicos.
Roble americano (Quercus alba) da aromas a canela, coco, vainilla y especiados.
Roble español (Quercus pyrenaica) aporta aromas a balsámicos, eneldo, vainilla, notas de canela.
Nuestros asesores ayudan a los clientes a decidir el tipo de barrica de roble que se adecúa para cada elaboración. Pero antes de que la madera de roble se transforme en una barrica hay un largo recorrido desde la selección hasta la fabricación.
La calidad de la madera de roble y sus características especiales determinan las condiciones únicas de nuestras barricas. Precisamente por ello consideramos que solo la selección cuidadosa de la mejor materia prima nos va a dar un resultado excepcional.
Tonelería Duero dedica un especial esfuerzo en encontrar a los mejores proveedores de madera de bosques sostenibles con el certificado PEFC o FSC para cada tipo con la que trabajamos: roble francés, centroeuropeo, español y americano. Nuestros especialistas realizan visitas de inspección para homologar a cada proveedor y conocer los lugares de los que proviene nuestra materia prima. Cada campaña de compra adquirimos la madera de roble acorde a nuestros exigentes estándares de calidad.
Desde el primer momento que la madera entra a las instalaciones de Tonelería Duero realizamos una estricta selección y clasificación además del proceso de seguimiento de la trazabilidad. Así no solamente garantizamos la calidad de las duelas, pero también podemos certificar la procedencia de cada una de nuestras barricas.
A continuación comienza un largo proceso de secado y maduración de madera al aire libre. Esta etapa es crucial para que la madera pase por las profundas transformaciones físico-químicas para desvelar su expresión organoléptica. Gracias a la acción del sol, lluvia, viento y cambios de temperatura el roble sufre profundas transformaciones. Surge la eliminación y la transformación enzimática de determinadas moléculas indeseables, el grado de humedad baja paulatinamente a aproximadamente 14 – 16% y se desarrolla el potencial aromático de la madera.
Tonelería Duero dispone del parque de secado propio a las orillas del río Duero de más de 3000 metros cuadrados. Las futuras duelas se colocan en bloques de determinada forma que favorece a la circulación de aire. La humedad natural de río contribuye positivamente al proceso de la maduración de la madera y además ayuda a ahorrar el agua de los riegos periódicos y controlados.
Dependiendo de tipo de roble y condiciones externas, el proceso de secado dura entre 24 y 36 meses o más. Además, las partidas destinadas para fabricación de fondos de barricas reciben el secado más prolongado.
A lo largo del proceso de secado nuestros especialistas están realizando la monitorización periódica para controlar el proceso y determinar el mejor momento para transformación de la madera en duelas.